Sesenta años después de su lamentable muerte, el azar quiso que el nombre de Irène Némirovsky regresara al primer plano de la actualidad literaria con el enorme éxito de Suite francesa, su obra cumbre descubierta casualmente por sus hijas y publicada en 2004. Galardonada a título póstumo con el Premio Renaudot y otros muchos reconocimientos —entre ellos, el Premio de los Libreros de Madrid del año 2006—, la novela ha sido traducida a treinta y nueve idiomas, relanzando el interés por una autora que se sitúa sin duda entre los grandes escritores franceses del siglo xx.
Diez años después, la odisea de Suite francesa continúa: a principios de 2015, para coincidir con la llegada a las pantallas de la adaptación cinematográfica, dirigida por Saul Dibb (La duquesa) y protagonizada por Michelle Williams, Kristin Scott Thomas y Matthias Schoenaerts, se publica la adaptación al formato de novela gráfica de la obra maestra de Némirovsky, de la mano de Emmanuel Moynot.
La editorial francesa, Denoël, conocedora del hecho de que la película se centra exclusivamente en la segunda parte de la novela, la titulada «Dolce», pidió a Moynot que, en la novela gráfica, se concentrara en la primera parte, «Tempestad en junio», la dedicada al éxodo masivo de París en junio de 1940 ante la inminente llegada de las tropas alemanas. Como si se tratara de una película de Jean Renoir o Robert Altman, los diferentes personajes entrecruzan sus destinos en un mundo sumido en el terror donde las circunstancias parecen haber alterado para siempre la historia y el sistema de clases.
En los dibujos de Moynot, se materializan los inolvidables personajes salidos de la imaginación de Némirovsky: el banquero Corbin, el matrimonio Michaud, el clan de los Péricand, el desventurado padre Philippe, la atolondrada Arlette Corail, y el insoportable Coste y su bobalicona amante; el conjunto de todos los perdedores y villanos y héroes de la derrota francesa.
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