"Por una parte la idea de trabajar un material para participar en concursos de cómic, implicaba para mi una serie de dificultades técnicas que debía superar. La mayor de ellas, la falta de tiempo. Por ello, mi principal idea, siempre fue guión, guión y guión. Dejarlo todo bien cerrado para dedicar el mínimo tiempo a la improvisación al documentarme, dibujar y pasar a tinta. Por esa razón, y por motivos estéticos, el dibujo es rápido y sin más pretensiones que la narración en sí. El color, aplicado directamente en un programa vectorial, dota al conjunto del acabado que pretendía sin aumentar desproporcionadamente el tamaño de los archivos informáticos.
Otro problema, a priori, era contar historias, en ocasiones bastante densas, en 3 o 4 páginas. Por esta razón, me autoimpuse el uso de viñetas grandes y homogéneas, a modo de pantalla de cine en las que reciba mucha información el lector. Una especie de planos-secuencia pero en tebeo, jugando con las elipsis más o menos grandes entre ellas".
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